El reconocido investigador argentino describe la problemática de la resistencia antimicrobiana y subraya el valor de los congresos científicos para compartir saberes vinculados a la microbiología.
El doctor en Química Alejandro Vila fue uno de los expositores invitados al XIX Congreso de la Sociedad Argentina de Microbiología General (SAMIGE), celebrado en octubre de 2024 en Córdoba. El científico rosarino brindó la conferencia plenaria “Protein quality control in the bacterial periplasm at atomic resolution in live cells”.
Su discurso generó un gran interés en el auditorio del Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba. No solo por la importancia del tema que abordó, sino también por su estilo descontracturado para hablar de las investigaciones científicas a partir del uso de metáforas, analogías con humor y hasta memes populares en internet.
“La ciencia no tiene sentido si no se socializa”, asegura Vila, investigador del CONICET en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y profesor de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario. “Pienso que, aún los que somos de otra generación, tenemos que saber comunicarnos con las herramientas comunicacionales que hay. Tenemos que ser transgeneracionales”, agrega.
Vila es un apasionado de la comunicación de la ciencia y dice que es importante aprender de los más jóvenes a usar las herramientas actuales para llegar a todas las generaciones. “En un país como Argentina creo que la sociedad se tiene que apropiar del valor de tener ciencia local. Entonces, históricamente he estado muy involucrado en cómo llegar a la población con la ciencia”, comenta.
En cuanto a la socialización de los saberes científicos en los congresos, el doctor en Química señala: “La microbiología es una ciencia que une distintas disciplinas. No es solamente la biología, la medicina o la química. Aparte de encontrarse con gente que trae distintos saberes, experiencias, recorridos, uno no solo se entera de las últimas cosas, sino que también se entera y aprende de cosas viejas y establecidas a partir de otras disciplinas”.
Asimismo, Vila reconoce que la calidad de los trabajos que se presentan en los congresos en Argentina no tienen nada que envidiarle a los de países con mayor inversión en ciencia y tecnología. “Aún en las condiciones difíciles que estamos actualmente, la ciencia argentina sigue siendo y esperamos que siga siendo competitiva a nivel internacional”, afirma.

La problemática de la resistencia antimicrobiana
La resistencia antimicrobiana (RAM) es una problemática muy vigente a nivel internacional. Por ello, es importante la prevención sobre el uso indebido de antibióticos y el avance de la ciencia para encontrar tratamientos eficaces contra microorganismos ultrarresistentes.
“En Argentina, en particular, estamos en una situación muy grave, porque entre las enterobacterias, como Klebsiella, el 40 % son resistentes a los antibióticos de última generación. Eso es muy grave, inclusive se han aislado en el Instituto Malbrán algunas que son pan-drogo resistentes, esto significa que no pueden ser tratadas con ninguno de los antibióticos que están aprobados en Argentina”, detalla Vila.
El investigador del CONICET indica que es importante hacer foco en la prevención, ya que el desarrollo de nuevos fármacos es muy costoso y puede llevar entre 10 y 20 años, mientras que una resistencia antimicrobiana puede surgir en un año.
“Hoy la resistencia antibiótica pasa a estar dentro de las llamadas enfermedades olvidadas, porque a las grandes farmacéuticas no les es redituable. Entonces, se tienen que involucrar los estados y, de hecho, lo están haciendo. Han creado fundaciones que están con fondos de inversiones, tanto de Estados Unidos como de Europa, como el fondo CARB-X para tratar de desarrollar algunas drogas. Eso está muy bien, pero si, por el otro lado, no hay una buena terapia en el uso de antibióticos y la sociedad no está informada al respecto, es un problema”, explica Vila.
En paralelo, resalta que es muy positivo que en Argentina se haya sancionado la Ley Nacional de Prevención y Control de la resistencia a los antimicrobianos (ley 27.680) y que con su aplicación se puede generar un cambio radical.
“Si vemos el mapa argentino de resistencia, que yo hablaba de un 40 %, en la provincia de San Juan hay un 3 %. ¿Qué hace la diferencia? Hace 10 años tienen una ley provincial de antibióticos. Entonces, si la empezamos a aplicar bien, la gente ya no va a poder ir a comprar un Amoxidal como si fuera un caramelo. Esperemos que la gente lo use de manera responsable. De a poco, también se va a ir abandonando el uso de antibióticos en ganado. Es un cambio cultural y en la economía, que tiene que ver con la producción ganadera, porque no es trivial el cambio que tienen que hacer, pero sin duda que va a impactar positivamente en la salud en Argentina”, describe.
Su trabajo en el IBR
Su tema de estudio en el IBR es la relación estructura-función en proteínas de resistencia a antibióticos. En este sentido, realiza investigaciones vinculadas a la resistencia bacteriana mediada por metalo-β-lactamasas (MBLs).
El integrante de SAMIGE cuenta que están analizando cómo evolucionan unas proteínas que causan resistencia a los antibióticos de última generación y cuáles son las presiones de selección.
“Esto permitiría saber cómo pueden evolucionar. Entonces, uno puede hacer una terapia no solo sobre el presente, sino una terapia cuidadosa”, indica. Es decir, a partir de la ciencia se busca mejorar usos y prácticas en la clínica médica.